Si buscas una forma divertida y saludable de canalizar su energía, las artes marciales para preescolares te encantarán, tanto a ti como a ellos. Ayudan a que los niños y niñas hagan ejercicio y aprendan valores en un entorno positivo y estructurado.
Las necesidades de los menores de corta edad
Durante la etapa preescolar, niños y niñas se encuentran en pleno desarrollo físico, cognitivo y emocional. A esa edad, el cuerpo les pide moverse casi todo el tiempo. Saltan, corren y rara vez pueden quedarse quietos más de unos minutos.
Esta energía no es un problema, puesto que es una señal de que su sistema nervioso está madurando y de que su cerebro está absorbiendo el mundo a toda velocidad. Además, a través del movimiento es como irán desarrollando la motricidad y otras habilidades.
Sin embargo, toda esa actividad necesita canalizarse. Si carecen de estructura, pueden acabar en frustración, impulsividad o problemas para gestionar emociones. Por eso es tan importante ofrecerles espacios donde puedan moverse con libertad, pero dentro de unos límites claros. Las artes marciales para preescolares están pensadas para responder justo a esa necesidad. Permiten a niños y niñas explorar su cuerpo, ganar coordinación y descargar energía. Pero siempre dentro de una dinámica con normas, rutinas y respeto.
Hay que tener en cuenta que también comienzan a experimentar emociones complejas que no siempre saben expresar. El juego simbólico, el contacto físico controlado y la repetición de gestos en un entorno seguro les ayudan a entender mejor lo que sienten y a manejarlo sin rabietas ni bloqueos. Por tanto, las artes marciales también cumplen una función emocional: enseñan calma, refuerzo positivo y gestión del esfuerzo.
¿Por qué apostar por las artes marciales para preescolares?
Las clases de artes marciales para preescolares; es decir, para niños y niñas entre 3 y 6 años, no tienen nada que ver con el combate. En lugar de golpear o de competir, se trata de introducir valores y habilidades a través del movimiento. En cada sesión, se combinan los ejercicios físicos con juegos guiados y pequeñas rutinas de saludo, respiración o concentración. De este modo, las van interiorizando con naturalidad.
Coordinación y conciencia corporal
Los ejercicios están diseñados para que aprendan a conocer su cuerpo. Saltar con un solo pie, mantener el equilibrio o hacer una secuencia de movimientos les obliga a prestar atención, conectar cuerpo y mente y ganar seguridad. Gracias a ello, van desarrollando una mayor autonomía motriz, que es fundamental para su desarrollo global.
Concentración y disciplina
A través de pequeños rituales, como saludar antes de empezar o repetir una secuencia varias veces, van aprendiendo a seguir instrucciones, a concentrarse y a respetar los turnos. No se utilizan imposiciones rígidas, sino que las reglas se presentan como algo divertido. También se enseña que el esfuerzo tiene recompensa.
Confianza y autoestima
Cuando superamos un reto, aprendemos una técnica nueva o simplemente recibimos una felicitación por la constancia, la autoestima se ve reforzada. Incluso si tenemos solo 4 años. En estas edades, el reconocimiento positivo y la sensación de logro son fundamentales para crear una imagen saludable de sí mismos.
Si quieres que tus peques obtengan estos beneficios, apuesta por las clases de artes marciales para preescolares. Consulta nuestro programa Little Warriors y escríbenos si quieres venir a una clase de prueba.